Hace apenas unos años, desbloquear el móvil con una huella dactilar o un selfie parecía digno de una película de ciencia ficción. Hoy, estas acciones forman parte de nuestra rutina diaria. La biometría, antes una tecnología de nicho, se ha convertido en una pieza clave para asegurar nuestras vidas digitales, especialmente en un terreno tan crítico como el de los pagos.
El auge de la biometría en el sector financiero
Según Goode Intelligence, más de 3.500 millones de personas utilizarán tecnología biométrica para proteger sus pagos en 2030. Esta tendencia se explica por dos razones principales: la necesidad creciente de combatir el fraude y la demanda de experiencias digitales más fluidas y seguras.
Los sistemas de pago han evolucionado rápidamente, incorporando nuevas formas de transacción como los pagos desde el coche, los pagos invisibles (sin necesidad de sacar una tarjeta o un dispositivo) y los pagos entre particulares. En todos estos casos, la biometría aparece como un facilitador que combina comodidad y seguridad.
Una amenaza creciente: el fraude en los pagos
El fraude en pagos es una industria multimillonaria. En 2024, las pérdidas globales alcanzaron 32.600 millones de euros, con modalidades cada vez más sofisticadas. Los estafadores usan herramientas de inteligencia artificial (IA) para crear identidades sintéticas, deepfakes y documentos de identidad prácticamente indistinguibles de los reales. Ya no es suficiente con contraseñas o preguntas de seguridad: los sistemas tradicionales se están viendo superados.
Una encuesta global de Mitek y Censuswide reveló que el 37 % de los responsables de riesgos en el sector financiero consideran el fraude impulsado por IA como su principal preocupación.
Tres frentes clave en los que la biometría marca la diferencia
El informe de Goode Intelligence Biometría. Reforzando la seguridad en los pagos y la gestión del fraude, identifica tres etapas del proceso de pago donde la biometría tiene un impacto directo:
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Onboarding (alta de usuarios). El primer paso en la relación entre un cliente y un proveedor de servicios financieros es crítico. En él, la biometría ayuda a verificar que una persona es quien dice ser, mediante comparación facial, detección de vida pasiva y lectura del chip NFC de documentos de identidad. Esto permite detectar fraudes como identidades sintéticas, ataques de inyección o documentos manipulados por IA.
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Transacciones de pago. Una vez dentro del sistema, las transacciones también están expuestas. Modalidades de fraude como el APP (pagos autorizados a estafadores), el uso de credenciales robadas o el fraude con tarjeta no presente (CNP) pueden combatirse con autenticación biométrica robusta —especialmente útil en operaciones de alto valor o riesgo— combinando rostro, voz y prueba de vida.
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Gestión del fraude en cuentas. Las herramientas biométricas permiten proteger las cuentas incluso después del onboarding. La autenticación biométrica en servidor, la detección de intentos de suplantación o los deepfakes en tiempo real permiten una defensa continua sin generar fricciones para el usuario.
Mitek Systems: referencia global en seguridad biométrica
El informe de Goode Intelligence identifica varias soluciones tecnológicas que permiten responder a los desafíos actuales del fraude en pagos. Entre ellas, destaca la aplicación de herramientas biométricas que combinan la verificación de identidad con técnicas de detección de prueba de vida, comparación facial y validación documental, utilizadas durante el proceso de alta de nuevos usuarios.
También se mencionan enfoques de autenticación biométrica más avanzados, como los que emplean múltiples dimensiones —rostro y voz, con pruebas de vida incluidas— para reforzar la seguridad en transacciones de alto riesgo, de manera no intrusiva para el usuario.
Ante el auge del fraude impulsado por inteligencia artificial generativa, el informe pone en valor soluciones capaces de detectar ataques de inyección, deepfakes o el uso de plantillas fraudulentas, combinando análisis pasivo, monitoreo del flujo de contenido y técnicas basadas en aprendizaje automático.
Biometría e inteligencia artificial: de amenazas a aliadas
Aunque la IA puede ser usada por los estafadores, también es un potente recurso en manos de quienes luchan contra el fraude. Los algoritmos de aprendizaje automático permiten detectar patrones anómalos entre millones de transacciones, identificar credenciales robadas y prevenir ataques automatizados antes de que afecten a los usuarios.
Gracias a la biometría, es posible proteger pagos en cualquier canal —presencial o digital— con soluciones que se adaptan al riesgo de cada transacción. Esto permite a los bancos y empresas reducir pérdidas y mejorar la experiencia del cliente al mismo tiempo.
¿El futuro del pago? El “pay-by-me”
Nos encontramos en plena revolución del “pay-by-me”. En esta modalidad de pago, los datos biométricos del usuario —su rostro, su voz o su comportamiento— son suficientes para autorizar una transacción. Sin necesidad de llevar una tarjeta, recordar una contraseña o siquiera usar un dispositivo. Esto abre la puerta a experiencias sin fricción, como pagar en una tienda simplemente caminando hacia la salida, mientras un sistema reconoce al cliente y ejecuta el cobro.
En definitiva, la biometría ya no es una promesa: es una realidad transformadora. Su adopción masiva está redefiniendo la seguridad en los pagos y estableciendo nuevas barreras frente a un fraude cada vez más complejo y digital. En Mitek lideramos este cambio con soluciones avanzadas que combinan inteligencia artificial, verificación de identidad y autenticación multimodal. Todo apunta a que, en los próximos años, la pregunta no será si usamos biometría para pagar, sino cómo se puede mejorar aún más esta experiencia.
Descarga de forma gratuita el informe completo de Goode Intelligence Biometría. Reforzando la seguridad en los pagos y la gestión del fraude