Mariona Campmany: «La digitalización es una gran oportunidad para las empresas, pero también para los ciberdelincuentes»

26-08-2021

Mariona Campmany, Digital Identity Innovation Lead de Mitek, ha asistido como experta invitada a Más que Fintech, un programa dirigido por Luís Vega y dedicado a las finanzas tecnológicas. En esta ocasión, se ha centrado en la identificación digital.

La verificación de la identidad digital es un tema que está en el punto de mira tanto de usuarios como de empresas, a causa del aumento del uso de los canales digitales. Un ejemplo de esto es que, actualmente, no hace falta desplazarnos a una sucursal para dar de alta una cuenta en un banco, sino que es un proceso que puede realizarse de forma 100% online. Para ello, la entidad necesita verificar que la persona es realmente quien dice ser y la propietaria legítima de los datos y documentos que aporta. Esto es clave no solo en el sector financiero, sino en otros como travel y marketplaces, e incluso la telemedicina, que ha experimentado un auge desde el inicio de la pandemia.

Es decir, el usuario se ha acostumbrado a operar sin desplazarse, ya sea para pedir comida a domicilio, hacer la compra, realizar una consulta médica u operar con su entidad financiera. Si las empresas quieren proporcionar una buena experiencia, necesitan ante todo facilitar los procesos online, y que el usuario los pueda realizar desde casa con seguridad y confianza.

Mariona explica con detalle cómo se realiza la verificación de un usuario en la banca online, de forma que el proceso sea cómodo, rápido y seguro para el usuario. El proceso solicita a la persona que se haga una selfie y una fotografía del documento de identidad. El programa, con tecnologías que incluyen la visión por computación, la biometría y la inteligencia artificial, verifica que el documento no haya sido modificado, y que la persona del selfie se corresponde con la del documento y que es real y está viva (para evitar, por ejemplo, los deepfakes). La autenticación es un proceso diferente, se realiza cuando el usuario ya está en el sistema, es decir, ya se ha verificado su identidad y quiere acceder a la información o realizar una transacción, por lo que el proceso es más rápido y fácil.

Pero toda esta comodidad de uso tiene que ir acompañada de una elevada seguridad, especialmente ante el crecimiento de los ciberdelitos relacionados con el fraude y el robo de identidad. Como indica Mariona, «la digitalización es una gran oportunidad para muchas empresas, pero también lo es para los ciberdelincuentes». Por ejemplo, todo el mundo tiene en mente el anuncio de Cruzcampo con Lola Flores, o aplicaciones como Reface, que utilizan la inteligencia artificial para crear deepfakes. Es cierto que son tecnologías que requieren muchísima inversión, por lo que no están al alcance de todos, pero evidentemente suponen una amenaza. La buena noticia es que se puede combatir con la misma moneda, es decir, con tecnologías basadas en inteligencia artificial y machine learning que evolucionen constantemente para ser más eficientes, como en el caso de Mitek.

Mitek, además, incorpora otros sistemas para hacer más seguros estos procesos, como un departamento formado por agentes expertos en detección de fraude. La validación por estos agentes se incorpora al final del proceso automático, y supone un plus de seguridad en transacciones de mayor riesgo. Como indica Mariona, «la mejor combinación es una suma de factor humano más tecnología», ya que la tecnología es más eficiente a la hora de, por ejemplo, realizar una comparación biométrica, pero es la persona la que ayuda a evolucionar el sistema.

De hecho, el sistema de reconocimiento facial por biometría, gracias a su eficiencia, está siendo cada vez más utilizado en sectores diversos, como por ejemplo para identificar a los asistentes a un partido de fútbol o a los votantes en unas elecciones.

Una de las dudas que surge es, ¿dónde está el límite de esta tecnología? De momento, no se ha llegado, se están explorando otros usos y aplicaciones de las tecnologías biométricas, como el reconocimiento de voz o la huella dactilar, en sectores cada vez más diversos. Sin embargo, la clave para que se siga extendiendo el uso de estas tecnologías es la confianza del usuario, ya que por ahora no todo el mundo confía en la biometría.

En este sentido, la regulación también juega un papel esencial para que los pagos digitales y los procesos de verificación de la identidad sean adoptados por una gran mayoría de personas.

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